Sinopsis
Hay héroes que nunca lo fueron.
En los albores de su carrera ajedrecística, nadie tenía dudas de que
Carlos Torre era un sólido candidato para ser el futuro campeón del
mundo de ajedrez. Sin embargo, una barrera se interpuso: súbitamente,
trágicamente, su sistema nervioso se colapsó afuera del zoológico de
Nueva York. Torre volvió en sí tras varios días, cuando se encontraba en
un barco que lo llevaba de regreso a Yucatán. Ya no volvería a jugar
ajedrez profesionalmente en su vida. Tenía 21 años de edad, era el año
de 1926.
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