El ajedrez dentro del imaginario colectivo
ocupa un mayor espacio que el que podría ocupar cualquier otro juego. El juego del ajedrez, su vocabulario y formas se han vuelto parte de la cultura popular y no
son sólo parte de los que lo practican. ¿Cuántas personas saben qué significa
jaque aunque no sepan dar jaque en un tablero?
Un ámbito donde se hace uso de este discurso
ajedrecístico asumido por la colectividad es en la caricatura política. La
lucha táctica y estratégica, los dos bandos, la situaciones crisis que representan los jaques o lo que las piezas representan se
vuelven parte de lo que retoma la caricatura política.
Es posible encontrar unos peones que simbolizan al
pueblo o a una clase subalterna. Y las piezas fuertes a las clases poderosas.
En la siguiente imagen vemos cómo las piezas fuertes se esconden y mandan a los peones a la lucha.
Siguiendo este discurso de la caricatura anterior también se encuentra la temática del poder de ciertas piezas contra
otras que representa una clase opresora.
Muchas veces el ajedrez simboliza el fin de una
carrera política, un partido, una ideología o una estrategia.
La cuestión táctica del ajedrez sale a
relucir en las caricaturas, cuando alguien hace un movimiento ejemplar, en la
siguiente imagen podemos observar que el gobierno está en jaque.
También es habitual encontrar imágenes que relacionan
a alguna figura política en aprietos.
El ajedrez simboliza un juego de lucha por el
poder, o la rivalidad de ciertos actores, como se puede observar en la siguiente caricatura.
Por otra parte el poder que tiene alguien
sobre las piezas se vuelve tema frecuente, en este aspecto quien cuenta es el
jugador, no las piezas en sí.
En esta misma lógica podemos ver a Lenin jugar
contra los capitalistas.
Así el ajedrez es más que un juego, pues traspasa sus límites y se convierte en un tablero de caricatura política.
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