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“¿Por qué las mujeres juegan tan mal al ajedrez?” Una invitación a reflexionar
Enviado en: 06-03-2013

Quiero decirles que decidí escribir al respecto porque pronto será 8 de marzo, y no dudo que en las redes sociales se desatará  toda una faramalla de felicitaciones hacia  “las hermosas mujeres que son pasión, dulzura y delicadeza”; -así, como si todas fuéramos pasión, dulzura y delicadeza.-  Y si agregamos que es muy posible que este espacio no quedé exento de las bien intencionadas pero mal encauzadas felicitaciones. Entonces quiero aprovechar la fecha para que toda esta locura pro-mujerista esté nutrida por una reflexión que espero cuestione un poco la idea que tenemos de las mujeres que juegan ajedrez.


El 8 de marzo, es el Día Internacional de la Mujer, quiero aclarar que no es “el día de las mujeres”. Es decir, no se celebra a la mujer por nacer mujer, sino conmemora y visibiliza todas las luchas que han hecho las mujeres por la equidad, la inclusión, la igualdad de derechos, el respeto y; sobre todo, todas las diferentes formas de acción y organización que nos han hecho llevar a nosotras las mujeres una vida más digna, íntegra y libre. Pero este pequeño artículo no trata sobre los logros y conquistas de diversos movimientos de mujeres, ni tampoco de todas las desventajas que aún imperan en la sociedad (que son muchas). No, no me meteré en eso, hay otros espacios para ello. Esta es una página de ajedrez, y los artículos de aquí  son sobre ajedrez. Entonces hablaré de equidad e inclusión de género en el ajedrez, como una reflexión sin intención de atacar a nadie.

Hace poco escribí un artículo que trataba de explicar que las diferencias de nivel de juego existentes entre las mujeres y hombres, dentro del ajedrez, son sociales y culturales y no biológicas. Sin embargo, al revisar en internet diversas opiniones referentes al tema me encontré que existe una gran ignorancia al respecto. Algunas personas afirman que el ajedrez es de los únicos campos deportivos en los que no existe ninguna desventaja entre hombres y mujeres, que por el contrario, es un juego bastante equitativo.  “Si hasta tenemos torneos femeniles”. Que todo es muy igual, y nunca se le niega la entrada a una mujer a jugar. Incluso hay quien se aventura a pensar que ya es manía eso de hacer una categoría femenil. Impresiones como ésta se repiten y repiten. En una especie de explicación asumida, considero que pocas personas se han dado cuenta de la dimensión que tienen estas opiniones. Por ejemplo la siguiente opinión que encontré en un blog:


“¿Pero alguien puede explicarme por qué demonios hay una federación femenina de ajedrez?, ¿qué clase de músculo se supone que se utiliza en ese deporte que las mujeres no tengan igual de desarrollado que los hombres? Se necesita temple, resistencia mental, precisión, buena memoria, inteligencia y creatividad. ¿Cuál de esas cualidades se supone o se sobreentiende que les falta a las mujeres?”

 

Me parece que la confusión recae en que las personas confunden la igualdad de condiciones que puede aparentar un juego con la equidad que representa este juego. Hay una imagen que ilustra bien la situación:


En la imagen vemos que quienes aparecen en ella tienen la misma igualdad respecto a recursos para poder observar; pero también vemos que las diferencias existentes entre estas personas no permiten aprovechar los mismos recursos. La cuestión es que cuando se juega ajedrez no son dos personas jugando que permanecen ajenas a un contexto social, por el contrario, son dos personas que pertenecen a una cultura, a un sistema y a una organización que en muchos sentidos condiciona a quienes juegan. Así pues pensemos que el ajedrez son los bancos, pero el contexto social y cultural es la altura de las personas que intentan mirar. Pues aunque los bancos sean iguales y parecería ser que les pueden brindar a las personas que miran tienen la misma oportunidad, sabemos que es una injusticia en repartición, porque hay quien ya tiene la ventaja de alcanzar a observar y darle un banco está por demás.

 En un foro  encontré la siguiente afirmación:

“Dado que es un deporte de pensar, un duro test de inteligencia, me pregunto: si las mujeres son tan inteligentes como dicen, de modo que algunas se consideran incluso superiores intelectualmente a los hombres, ¿cómo es que son tan negadas para este deporte? ¿No tienen cualidades ni capacidad para entenderlo? ¿Van a decirnos también como en otros campos que no destacan porque han estado muchos años oprimidas por el hombre? No sé, que conste que no afirmo nada, simplemente lanzo estas preguntas al aire por si a alguien se le ocurre la respuesta.”

 

Aunque no afirma nada sus preguntas son muy intencionadas a una burla. Mi contestación a su última pregunta es: sí, pero no tan así. No es culpa de los hombres por ser hombres –y apuesto que varios hombres que leen esto, no se sienten opresores de las mujeres-, es culpa de un sistema que ha creado desigualdad basada en la construcción de dos géneros y le ha dado supremacía a uno sobre otro.  Tanto así que es bien sabido que hasta hace unos cien años las mujeres no eran consideradas ciudadanas, por ejemplo, o que no podían competir en ciertos deportes olímpicos, o que no tenían las mismas oportunidades de educación que los hombres –ah, caray, esto último sigue sucediendo-. Entonces históricamente hay una desventaja, que influye en todos los aspectos de la vida pública a los que las mujeres se han incorporado. Pero la cuestión va más allá de una desventaja histórica. 


Voy a incluir otro punto. El diario ABC publicó: “Varias grandes maestras y algunos expertos conversaron con ABC sobre las causas por las que las mujeres no terminan de alcanzar a los hombres en un terreno de juego «asexuado».” Aunque el juego sea asexuado, aunque el ajedrez no tenga implicaciones de géneros, la mayor parte del mundo está organizada en dos géneros. Esto es, gran parte de la organización social, económica y cultural todavía está sumamente enraizada en la división entre hombres y mujeres –hay sociedades que incluyen otros géneros, pero en el caso del ajedrez y de quienes jugamos ajedrez estamos inmiscuidos en esta lógica.- Y aunque en el juego eso no importa, en la sociedad ya verán ustedes la diferencia que hay entre tener que amamantar a un bebé,  cuidar a tus hijas o hijos, atender diversos aspectos que por ser mujeres se nos atribuyen; y entre quienes pueden dedicarse por completo al ajedrez como profesión. A esto habría que añadir todo lo que he puesto en el tema sobre “Las mujeres y el ajedrez”, en cómo se enseña a los hombres desde pequeños a construir cierto tipos de gustos y a las mujeres otros. Añadamos también la cuestión que mencioné en el mismo artículo sobre la tendencia de fomentar el juego ajedrecístico más a un niño que a una niña.


Pasemos a otra explicación que se olvida de la desigualdad originada a partir de un sistema social. “La teoría de la testosterona” es una teoría que trata de enfocarse en causas biológicas, y hablar de las diferencias de género a través de explicaciones naturales borrando el plano de las condiciones sociales y culturales. Ya también hablé del tema. Sólo quería reiterar que dar explicaciones naturalistas  y biológicas invisibiliza la situación y el contexto en el que vivimos varias mujeres. Si explicamos a través de razonamientos biológicos, probablemente el panorama no cambie, pues nadie se preocupa por cambiar una situación que está ya dada por la naturaleza.


Me parece que antes de apresurarse a contestar y a explicar sobre las diferencias que hay en el juego de hombres y mujeres hay que pensar un poquito sobre las diferencias sociales que crean desigualdad entre géneros y que repercuten en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Sin duda, el ajedrez no es el culpable, pero sí lo somos en cierta medida todas las personas que no hacemos nada por cambiar la situación en la que vivimos. Y peor aún quienes a partir de su ignorancia se burlan despectivamente de todas las campañas que han buscado crear cierta equidad entre los géneros.  Entonces, en vez de flores, chocolates o alabanzas a la belleza de las jugadoras. Pensemos en abrir camino a que esta situación cambie. 


[Pulsa aquí para ver el artículo que cito, y que Ciudad Ajedrez publicó]


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perro_callejero
Las mujeres llegaron tarde a jugar ajedrez. Tardaron cientos de años. Aún en muchos países islámicos se le prohibe jugar. El problema se reduce a la educación, no a una inferioridad biológica. Esa diferencia entre hombres y mujeres se ha reducido con el paso del tiempo. Digo esto, porque en países como Rusia en donde el ajedrez se juega desde la infancia, las campeonas de allí, son las campeonas del mundo. Ahora no hay por qué comparar a las muje  
 
perro_callejero
Las mujeres llegaron tarde a jugar ajedrez. Tardaron cientos de años. Aún en muchos países islámicos se le prohibe jugar. El problema se reduce a la educación, no a una inferioridad biológica. Esa diferencia entre hombres y mujeres se ha reducido con el paso del tiempo. Digo esto, porque en países como Rusia en donde el ajedrez se juega desde la infancia, las campeonas de allí, son las campeonas del mundo. Ahora no hay por qué comparar a las muje  
 
Michess
Muy interesante y convincente tu argumento, te lo compro. Eres experta sobre temas de ajedrez y esta vertiente enfocada al género femenino, no es la excepción, gracias por tomar el altavoz y decir lo que sea necesario para agregar más que un granito de arena. Yo también aporto lo que puedo en mi entorno, nuevamente gracias.  
 
JavierGonzalez
Si hay factores biológicos en cuestión de genero al jugador de ajedrez, (lean un poquito sobre el funcionamiento del cerebro de mujeres y hombres) y no quiere decir que las mujeres tengan desventaja ni mucho menos, simplemente que por lo general las mujeres ocupan los dos hemisferios para la toma de decisiones, desde luego hay mujeres que utilizan su cerebro en forma muy similar a los hombres y viceversa. Pero en general hay diferencia.  
 
JavierGonzalez
Y es una aberración excluir los factores biológicos tanto como negar los factores sociales y culturales, que desde mi opinión yo considero que influye más la cuestión natural de competencia del hombre, (produce mayor placer a un hombre competir en cuestiones bélicas) y aunque quieran postular la teoría que esto lo aprenden porque así les educan y les enseñan desde niños, es también negar los instintos primitivos del ser humano, ¿cuántas especies  
 
JavierGonzalez
especies de animales no compiten los machos para poder aparearse?, y en muchísimas especies es una guerra para dominar al adversario incluso de vida o muerte.  
 
JavierGonzalez
Por tal motivo un juego como es el ajedrez, que simula una guerra y en el que el principal objetivo es vencer un rival, tiende a gustar más a los hombres que a las mujeres, y no tiene nada de malo, y es también cierto que hay mujeres que les gusta tanto o más amor al juego y que obtienen excelentes resultados,  
 
JavierGonzalez
Para mí lo más importante antes de ganar o medir resultados cuestionando el género, lo más importante es disfrutar el ajedrez y dejar de sentirse ofendidos por calificar el nivel de juego, además puedo asegurarles que muchísimas veces se disfruta más cuando se juega en un nivel de principiante.  
 
Ale_Lin_Ho
Como podria compartir tu nota en el face?  
 
fin de la informacion

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