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Javier_Vargas JAVIER VARGAS cdmx México |
2017-08-18 21:17:04 |
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La libertad y el ajedrez |
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La libertad y el ajedrez Por Javier Vargas Pereira El ajedrez es un juego de inteligencia que se basa en la libertad de pensar, elegir y decidir. Libertad es la facultad natural de actuar de una manera u otra, o de no hacerlo, siempre que no trasgreda las reglas ni las normas ni la ética del juego. Alude a la capacidad de proceder por propia decisión, deseo y voluntad. En el juego ciencia, consiste en que cada jugador puede hacer lo que le parezca, jugar como le guste, decidir lo que crea más conveniente, sólo acotado por el reglamento. En este caso, la libertad no es un fin, sino un medio para desarrollar las aptitudes y capacidades deportivas e intelectuales, guiadas por la lógica y la razón. Se trata de un juego de autodeterminación y, por tanto, es más libre y tiene éxito quien sabe más, ve más lejos, piensa a más profundidad y razona mejor que su oponente. En este sentido, la libertad de elegir conlleva la idea de responsabilidad ante sí mismo y ante los demás. Ello no significa que se pueda hacer lo que se quiera, puesto que el adversario y la finalidad última también cuentan, sino que se es libre para aspirar a algo superior, por ejemplo, conseguir la excelencia, producir belleza, alcanzar un objetivo, lograr la victoria. En pocos ámbitos como en el deporte ciencia, la libertad de elegir es tan nítida. Durante la partida, el libre albedrío es un hecho, lo que es evidente en las jugadas que se elige. Los jugadores ejercen su derecho a decidir, o sea, son libres de escoger entre varias alternativas en relación con sus fines y objetivos. En este afán, el ajedrecista exitoso emplea a plenitud su talento, su fantasía y su audacia, pero también su sentido común y su lógica. Sin embargo, puesto que nada lo limita, salvo las reglas, también debe asumir las consecuencias que se derivan de sus determinaciones. Esto implica la absoluta responsabilidad por lo que hace. Se es libre en tanto se es responsable. Aunque, como en la vida, en el tablero también suele haber jugadas únicas, es decir, un sólo movimiento posible. Pero aquí entra en juego el hecho de que se piensa, se decide y se hace algo en función de un fin superior, por tanto, si para alcanzarlo es necesario hacer esa jugada única, el buen ajedrecista la hace, le agrade o no le agrade. Es un movimiento obligado, sí, pero a la vez voluntario, puesto que el buen criterio y la razón la aceptan en función de un objetivo superior: la victoria. El escritor irlandés George Bernard Shaw (1856- 1950) dijo: “La libertad significa responsabilidad; por eso, la mayoría de los hombres le tienen tanto miedo. Por su parte, el pensador Mircea Eliade, en su libro, Fragmentarium, dice: “No puedes ser libre si no eres responsable: la verdadera libertad no implica “derechos”, porque los derechos te son otorgados por otros y no te implican en absoluto. Solamente eres libre cuando respondes de cada acto que realizas. Grave responsabilidad, ya que se trata de tu propia vida, que puedes perder (es decir, puedes fracasar) o puedes hacer fructificar (es decir, puedes tener éxito) Al margen de estos dos polos – fracaso o éxito- no alcanzo a ver qué otro sentido podría tener la libertad. Eres libre, es decir, eres responsable de tu propia vida: puedes echarla a perder o la puedes realizar; te conviertes en un autómata o un fracasado o en un hombre vivo, entero y exitoso.”... Y más adelante agrega: “El miedo a la responsabilidad ha obligado al hombre moderno a renunciar a la libertad para tener más derechos. Pero lo único que merece la pena conservar de todas las libertades conquistadas, desde la Revolución francesa hasta ahora, es el derecho a ser libre. Derecho del que casi nadie sabe sacar provecho. Porque realizar actos no sancionables no significa ser libre.” El libertador, poeta y ajedrecista cubano, José Martí, dijo: “Como el hueso al cuerpo humano, y el eje a la rueda, y el ala a un pájaro, y el aire al ala, así es la libertad la esencia de la vida. Cuanto sin ella se hace es imperfecto.” Sin embargo, también advirtió: “La libertad es muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.” O sea, hay que conquistarla. Ante el tablero, se conquista con estudio, talento, constancia, voluntad y disciplina. Por eso el poeta, dramaturgo y ajedrecista alemán, Johann Wolfgang von Goethe (1749- 1832), afirmó: “La libertad es como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días.” El ajedrez es un juego que obliga a pensar antes de actuar. El periodista y político francés, León Blum (1872- 1950) dijo: “El hombre libre es el que no teme ir hasta el final de sus pensamientos.” Incluso el ensayista francés, Michel de Montaigne (1533- 1592) excribió: “La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo.” Es más, el poeta austriaco Franz Grillparzer (1791- 1872) llegó a la conclusión de que: “Las cadenas de la esclavitud atan solamente de las manos: es la mente la que hace al hombre libre o esclavo.” Acaso por eso el político, filósofo, científico y ajedrecista estadounidense, Benjamín Franklin (1706- 1790), declaró: “Donde mora la libertad, allí está mi patria.” Usted juega. |
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