Escrita por el periodista y actor alemán Robert Löhr, es una novela ambientada principalmente
en la corte de Viena en el siglo XVIII. Basada en hechos reales. La novela recrea aquel hecho en
que la nobleza autrohúngara quedó deslumbrada por una máquina con figura humana
capaz de jugar al ajedrez. El artefacto fue creado por Von Kempelen y su ayudante
carpintero, la máquina con forma de turco no sólo es capaz de realizar jugadas
sino es capaz de ganar, lo cual causa asombro y duda entre el público. ¿La
máquina es una estafa o es un invento sin precedentes? Surge una atracción hacia
la máquina, donde se mezcla un miedo a lo maligna que puede ser una máquina capaz de pensar y un deseo de querer
desenmarañar el secreto. Pronto quienes juegan contra el turco artificial son
derrotados y ello provoca una fascinación por el invento. Lo anterior aunado a la muerte de una aristócrata en enigmáticas
circunstancias, hacen que el objeto se vuelve parte de la especulación y el
ataque, religioso y de la nobleza. La trama está llena de tensión, pues desde
el comienzo el narrador vuelve cómplice al lector del secreto que encierra esta
máquina.
La representación sobre la forma en que se desenvuelve la
vida aristócrata, la puntual descripción de los personajes y la suma de datos
históricos, hacen de la novela una obra recomendable para su lectura.
La máquina del turco en realidad existió, fue famosa y vivó dando
giras de demostración, la mayoría de sus partidas eran ganadas, aunque no pudo
vencer al entonces campeón Phillidor. Incluso cuando su inventor murió y su
hijo vendió al autómata, el turco siguió compitiendo, se sabe por ejemplo se enfrentó
a Napoleón. Aunque siempre se sospechó que era mentira que la máquina realmente
pensara, el secreto de sus dueños fue bien guardado, lo cual sólo suscitó
sospechas que no podían ser comprobadas. Alrededor de 15 personas habían operado y
compartido el secreto del autómata. En sus últimos años la máquina del turco
fue donada al Museo de Peale en Filadelfia, donde en el año de 1854, después de
85 años de existencia, fue destruida por un incendio. Curioso que fue en
Filadelfia donde Kasparov perdería contra una máquina.
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